La selección de Eslovaquia, bajo el mando de Francesco Calzona, afronta este compromiso con la urgencia de recuperar confianza y consistencia tras una racha reciente marcada por la irregularidad. En sus últimos cinco partidos oficiales y amistosos apenas ha conseguido una victoria, un empate y tres derrotas, lo que refleja las dificultades que atraviesa el plantel para consolidar un estilo de juego efectivo. Su tropiezo más reciente, un 0-1 en casa ante Israel, expuso nuevamente la falta de contundencia en los momentos clave. No obstante, el panorama no es del todo negativo, ya que en las Clasificatorias para el Mundial anterior mostraron un rendimiento más competitivo, sumando dos victorias, dos empates y solo una derrota en sus últimos cinco encuentros, lo que demuestra que tienen el potencial para levantar su nivel. Con este contraste, Eslovaquia deberá apoyarse en sus fortalezas previas y ajustar sus falencias actuales si quiere volver a posicionarse como un rival confiable en el escenario internacional.
La selección de Alemania, dirigida por Julian Nagelsmann, llega a este compromiso con sensaciones encontradas debido a un rendimiento reciente marcado por la irregularidad. En sus últimos cinco partidos oficiales y amistosos apenas ha conseguido una victoria, dos empates y dos derrotas, siendo la más reciente un 0-2 en casa frente a Francia que encendió ciertas dudas sobre su solidez actual. Sin embargo, este presente contrasta con lo mostrado en las Clasificatorias al Mundial de la temporada anterior, donde firmaron un desempeño impecable con cinco victorias en cinco encuentros, confirmando su jerarquía y capacidad de dominio en este tipo de competiciones. Con este antecedente, Alemania busca dejar atrás la inestabilidad reciente y apoyarse en la confianza que le brinda su historial en torneos clasificatorios para recuperar contundencia y reafirmarse como uno de los grandes candidatos en la escena internacional.
