Ucrania afronta este compromiso en medio de una etapa marcada por la irregularidad, ya que solo ha conseguido dos triunfos en sus últimos seis encuentros de la Nations League, un desempeño que ha generado dudas sobre su verdadero nivel competitivo. Al mando de Sergiy Rebrov, la selección ha evidenciado debilidades defensivas significativas, siendo el ejemplo más claro lo ocurrido frente a Bélgica, donde tras ir ganando 3-1 en la ida terminaron cayendo 4-3 en el marcador global, mostrando falta de solidez y carácter en momentos clave. En este escenario, el aspecto mental se vuelve crucial, pues la capacidad del equipo para sobreponerse a la presión y mantener la concentración será determinante frente a una potencia como Francia, que no perdona los errores.
Francia vive una etapa de transición bajo la conducción de Didier Deschamps, quien ya confirmó que dejará el cargo después del Mundial 2026, lo que marca el inicio de un ciclo con tintes de despedida. A pesar de ciertas irregularidades en su rendimiento reciente, la selección francesa logró finalizar en el tercer lugar de la Nations League, cayendo únicamente ante rivales de máximo nivel como España y Portugal, lo que reafirma su capacidad para mantenerse competitiva frente a la élite mundial. En este contexto, más allá de los altibajos, la experiencia acumulada de sus figuras y la solidez de su plantilla pueden convertirse en factores decisivos a la hora de encarar duelos de alta exigencia, como el que disputará frente a Ucrania.