La selección de Bulgaria, bajo la dirección de Ilian Iliev Dimov, atraviesa un presente complejo marcado por la falta de resultados positivos, ya que en sus últimos cinco compromisos no ha logrado sumar victorias, acumulando 2 empates y 3 derrotas que han afectado la confianza del plantel. Su caída más reciente, un contundente 0-4 frente a Grecia como visitante, reflejó nuevamente las carencias del equipo y la dificultad para sostener la competitividad frente a selecciones de mayor jerarquía. Si bien en las clasificatorias al Mundial de la temporada pasada mostraron cierta mejoría con 2 triunfos, 1 empate y 2 derrotas, su última presentación en ese certamen también terminó con un duro 0-4 ante Suiza, confirmando la fragilidad de un conjunto que aún lucha por encontrar solidez y consistencia. Con este panorama, Bulgaria llega a la nueva fase con la necesidad urgente de recomponer su rendimiento y elevar su nivel si quiere aspirar a resultados más favorables en el escenario internacional.
La selección española, dirigida por Luis de la Fuente Castillo, llega a este compromiso con un rendimiento sólido y una propuesta que le permite competir de igual a igual frente a los mejores. En sus últimos cinco partidos ha sumado 3 victorias, 1 empate y solo 1 derrota, siendo esta última en penales frente a Portugal tras un empate 2-2 en el tiempo reglamentario, un duelo que confirmó la capacidad del equipo para mantenerse competitivo en escenarios de máxima exigencia. En el marco de las clasificatorias mundialistas, España ha sido aún más convincente, logrando 4 triunfos en sus últimos 5 encuentros, lo que demuestra consistencia y jerarquía en instancias clave. Su victoria más reciente por 1-0 frente a Suecia reflejó no solo solidez defensiva, sino también madurez para resolver partidos cerrados, consolidando la imagen de una selección equilibrada y con argumentos suficientes para aspirar a objetivos mayores en el camino hacia el Mundial.
